Receta de magdalenas de nocilla

Sin ningún tipo de dudas los dulces son mis recetas favoritas. No hay nada como acabar de comer y darle a nuestro paladar un toque diferente. Además creo que son especialmente divertidas de hacer y que nos brindan mil y una posibilidades de personalización. Ya sea en meriendas, desayunos o postres, creo que deleitar a nuestros invitados con algo cocinado por nosotros siempre gusta.

Una de mis creaciones favoritas son las magdalenas de nocilla. Si conseguimos que nos queden esponjosas y además añadimos el efecto del cacao fundido más memorable de nuestra infancia, el resultado nunca puede ser malo. Lo bueno de hacer la receta integrando la nocilla en la magdalena y no rellenándola posteriormente es que en cualquier momento nos podemos encontrar con ella, cosa que me encanta. Tambien podríamos aladirla a la masa, pero se perdería el efecto de "este bocadito sabe a magdalena y este a nutella", además quedan más vistosas tal y como os las voy a enseñar. ¡Pongámonos manos a la obra!

Para una docena de magdalenas necesitamos los siguientes ingredientes:
  • 3 huevos grandes (si los sacamos del frigorífico un poquito antes mejor que mejor). 
  • 2 tazas de harina (la segunda que lleve un poquito menos de cantidad que la primera). 
  • 3/4 de taza de azúcar. 
  • 10 cucharadas soperas de mantequilla. 
  • 1/2 cucharilla de café de esencia de vainilla. 
  • 1/4 de cucharilla de café de sal. 
  • 2 cucharaditas de café de gaseosa o maicena. 
  • 12 cucharaditas de nocilla.
Adicionalmente también podemos comprar pepitas de chocolate para añadírsela a las magdalenas.

Lo primero que tenemos que hacer es preparar la masa de las magdalenas. Para ello mezclamos la mantequilla y el azúcar y lo pasamos por la batidora hasta que sea una mezcla cremosa. Añadimos entonces los huevos y la vainilla y batimos de nuevo. En último lugar incorporamos la sal, la harina y la gaseosa (o maizena) y terminamos de batir y ligar la mezcla. Si vamos a añadir pepitas de chocolate es el momento de hacerlo.

Llega el momento de dirigirnos a los moldes. En este paso es cuando suelo aprovechar para encender el horno y que vaya cogiendo temperatura. Comenzamos poniéndolo a 200 grados para, posteriormente, bajarlo.  En moldes individuales colocamos los papeles para magdalenas. Yo recomiendo utilizar tanto el molde para que no se vierta la magdalena como el papel, para que no se pegue al molde; pero si estáis en un apuro y no tenéis molde también podéis hacer la masa un poquito más compacta para evitar "desparrames", aunque esto puede afectar a la ternura de la magdalena.  Una vez que tenemos esto claro echamos una cucharada grande de masa en cada uno de los moldes (ojo, no hay que llenarlo por completo) y encima de ello una cucharadita de nutella. Para mezclarlo un poquito cogemos un palillo y removemos la superficie de la magdalena haciendo círculos.

Hecho esto bajamos el horno a 180 grados y metemos las magdalenas unos 20-25 minutos. Cuando creamos que están listas introducimos un palillo y si éste sale limpio hemos acabado de cocinar. Las sacamos, las dejamos enfriar (no seáis impacientes) y preparamos el café, porque esto está listo para ser disfrutado.

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