¡Mamma mía! Focaccia con tomillo y romero


¿Habéis sentido en alguna ocasión esa sensación que despierta abrir la nevera y que no haya nada que te apetezca cenar? Pues hoy me ha pasado. Además, se ha juntado con que me apetecía hacer la salsa de tomate con queso y especies que tanto gusta en casa y no había pan para mojar, así que no me ha quedado otra que ponerme manos a la obra y elaborar mi propia focaccia. ¡Y menos mal!

Lo primero es lo primero, la receta la he sacado del coleccionable "Delicias al horno" y para elaborarlas necesitamos:
  • 450 gr de harina de fuerza (especial para panadería).
  • 2 cucharaditas de levadura rápida (lo que es igual a un sobrecito).
  • Sal marina.
  • Sal en escamas.
  • 1 cucharadita de romero picado (en la receta pone fresco, pero yo solo tenía seco).
  • 1 cucharadita de tomillo picado (idem).
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen.
  • Y a modo de apunte, si tenéis aceitunas negras y las picáis os darán un sabor muy singular.
Comenzamos tamizando la harina en un cuenco grande y añadimos la levadura y una cucharadita de sal marina. Después incorporamos las hierbas bien picadas y batimos junto con el aceite de oliva y 250 gramos de agua tibia hasta obtener una pasta suave (hasta que deje de pegarse en los dedos y se manejable vaya; yo de hecho he tenido que incorporar más harina para hacer que esto fuera posible). Este proceso puede llevar aproximadamente unos 15 minutos. A continuación untamos un cuenco con aceite y colocamos la masa en el interior. La cubrimos con film transparente y dejamos que repose durante aproximadamente una hora. Cuando el tamaño sea el doble del original estamos listos para continuar.

Golpeamos la pasta con los nudillos una o dos veces para expulsar el aire. Una vez hecho esto, la dividimos en cuatro porciones y las aplanamos hasta obetener cuatro masas ovaladas de un centímetro de grosor. Las colocamos en la bandeja del horno (previamente unatada con aceite) y volvemos a cubrirlas con papel transparente durante 20 minutos más. Aprovechamos para ir precalentando el horno a 220ºC.

Justo antes de meter las focaccias esparcimos hojas de romero y sal en escamas por encima de los panes y los rociamos con aceite de oliva. Pasados 20 minutos los sacamos del horno y dejamos enfriar.

Como os he dicho, yo los he servido con una salsa de tomate y queso ideal para untar. Es tan sencillo como poner en un cacito un brick de tomate frito, orégano y un buen trozo nuestro queso favorito. Calentamos hasta que el queso se funda y servimos inmediatamente. ¡Os chuparéis los dedos! No obstante, si se os ocurre otra idea con la que acompañar estas focaccias los comentarios están abiertos a todos. ¿Quién sabe qué podríamos usar la proóxima vez?

Comparte:

6 comentarios

¿Quieres compartir algo conmigo? ¡Espero tus comentarios!