La Batalla de los Dulces: Galletas de la fortuna

Ya está aquí de nuevo La Batalla de los Dulces. En esta ocasión la idea era celebrar el Año Nuevo chino y para ello el dragon nos iba a dar la inspiración (que para eso es su año). Cada doce años tiene lugar este acontecimiento y como los astrólogos orientales creen que los niños nacidos en este año gozan de riqueza y salud yo quería homenajearos con fortuna, con unas típicas galletitas de la fortuna.

He de decir que hasta el momento es el reto que más me ha costado llevar a la práctica. Tuve que repetir la operación cuatro veces y con varias recetas diferentes. El problema de su elaboración reside en el momento de doblarlas, ya que si esperamos demasiado se endurecen antes de finalizar el proceso. Además, con una de las recetas que usé no terminaban de pegarse y volvían a su ser, así que se parecían más a los dorayakis de Doraemon que a las galletas que yo quería conseguir. Si no fuera por los ánimos que recibí de algunos amigos que querían esta receta y no ninguna otra no me hubiera vuelto a poner a hacerla. Así que este reto se lo dedico a esos amigos y a la cantidad de galletas que se quedaron en el camino hasta conseguir que saliera algo decente (por supuesto en las fotos solo aparecen las últimas). ¿Queréis saber cómo lo he hecho? Pues aquí va la receta.

Lo primero que hemos de hacer es preparar los proverbios y papelitos. Yo no innové mucho (salvo con la frase de la foto que abre el post) y las saqué de esta página web (pero siempre podéis personalizarlas para que resulten más divertidas)..

Bastó con copiarlas, pegarlas, imprimirlas y recortarlas.

Hay que tener en cuenta el tamaño, así que cuanto más pequeño sea el papelito mejor (pero que nos puedan leer). Los dejamos reservados que ya daremos cuenta de ellos más adelante.

Ingredientes

Elaboración

Lo primero que hemos de hacer es precalentar el horno a 150 grados y mientras tanto engrasamos la bandeja con mantequilla para que la masa no se pegue.

En un bol, mezclamos los huevos, el extracto de vainilla, el extracto de almendras y el aceite sin convertirlo en punto de nieve.

En otro recipiente mezclamos la harina, la maizena, sal, el azúcar y el agua. Cuando lo tengamos listo le añadimos los ingredientes anteriores y mezclamos bien.

Aquí llega el paso más delicado. Echamos en la bandeja masa para formar unos circulitos de unos 10 centrímetros (cuanto más finitos mejor y con separación suficiente para que no se peguen al expandirse. Ojo, aquí conviene que los hagáis de cuatro en cuatro como mucho, para que en el proceso de meter el papel no se os endurezcan antes de tiempo. Horneamos las galletas durante 15 minutos o hasta que estén doradas y retiramos.

Ahora llega lo complicado. Metemos el papel en la galleta y doblamos por la mitad. Diréis, y "cómo haces la arruga del centro" pues apoyando la galleta sobre un bol y apretando hacia abajo (lo siento, estaba sola, no tenía manos y no he hecho foto; pero debéis imaginarlo).

Aquí mis galletas y su mensaje premonitorio. ¿Se cumplirá?

¿Qué os ha parecido? La verdad es que ha sido todo un "reto". Y si me permitís se lo voy a dedicar a Óscar y Esther; que intentaron animarme cuando dije que al final no haría esto y se han debido de llevar una sorpresa (les había dicho que cambiaría la elección por algo más convencional). ¡Gracias chicos! (aún así no me vais a convencer para que vuelva a hacerlas en una temporada).

Como siempre, podéis elegir vuestra creación favorita en la encuesta que encontraréis a continuación. Tenéis hasta el martes 24 a las 23:59 para depositar vuestro voto. ¡Gracias adelantadas por participar! Por cierto, para ver la propuesta de Ana tenéis que hacer click aquí.


La temática del mes que viene no podía ser otra más que San Valentín y el reto lo publicaremos el mismo día 14. Por cierto, nos vemos ya la semana que viene, que hasta el martes no regreso a España. ¡Hasta entonces!

EDITADO: El reto de enero finalmente se lo ha llevado Ana. No se ha cumplido el mensaje premonitorio de las galletas de la suerte. Aún así gracias a los veintitantos que apostásteis por mí. ¡Otra vez será!