El novio cocinillas y la tarta de zanahoria

Cuando el miércoles llegué a casa después de trabajar, me encontré con que mi esposo mantecoso estaba cocinando (junto a su pinche canino Nona) una rica tarta de zanahoria.

Esta tarta se convirtió en una de mis favoritas (junto a la Red Velvet) desde el momento en que la probé, así que os animo a que la hagáis en casa y, por ello, os dejo la receta que mi chico usó el miércoles (sacada de la web Recetas Americanas).

INGREDIENTES

400 g de azúcar
350 ml de aceite de girasol
4 huevos
5 zanahorias grandes previamente hervidas y machacadas (sin el caldo)
240 g de harina de trigo
2 cucharaditas de levadura en polvo
2 cucharaditas de bicarbonato de sodio
2 cucharaditas de canela
1 cucharadita de sal

Para el frosting:

240 ml de queso Philadelphia a temperatura de ambiente
4 cucharadas de mantequilla sin sal, a temperatura de ambiente
2 cucharaditas de extracto de vainilla
250 g de azúcar glacé

Para la decoración:

Fondant verde
Fondan naranja

MODO DE PREPARACIÓN

En un bol mezclamos todos los ingredientes secos (menos el azúcar) y los reservamos. Aparte, mezclamos el azúcar con el aceite e incorporamos los huevos uno a uno batiendo la mezcla después de cada uno. Añadimos las zanahorias machacadas y mezclamos de nuevo. En ese momento añadimos los ingredientes secos y batimos durante 3 minutos a velocidad media.

Untamos el molde con mantequilla y vertemos la mezcla horneando a 175º durante 60 minutos. Cuando haya pasado ese tiempo pinchamos el bizcocho y, si el cuchillo sale limpio, retiramos del horno y dejamos enfriar durante cinco minutos en algún soporte o rejilla que permita que el aire también circule por abajo. Pasados los cinco minutos desmoldamos y dejamos enfriar encima de ese mismo soporte.

Para el frosting de queso crema, batimos la mantequilla y el queso crema, añadimos la vainilla e incorporamos el azúcar glacé poquito a poco hasta que tenga la consistencia que nos gusta. Ante todo esperamos que el bizcocho se haya enfriado, lo partimos por la mitad (o hacemos dos bajitos) y rellenamos el interior (nosotros no lo hicimos porque quedó muy bajito). Con ayuda de una lengua de cocina o una manga pastelera, cubrimos la superficie y lo metemos en la nevera. Creamos las zanahorias con nuestro fondant y... ¡Listo!