Nuestro fin de año en Londres

No quería que me pasara como con el viaje a Toulouse, que al final se me ha olvidado qué fuimos haciendo día a día y no os lo he contado. Por eso, no quiero dejar pasar más tiempo y hoy os quiero contar cómo fue nuestro viaje de fin de año en familia a Londres (bueno, en familia tampoco, que faltaba Nona) Cogimos un vuelo tempranero y en teoría a la hora de la comida ya estaríamos en Street XO disfrutando de la experiencia. Peeeeero, el vuelo se retrasó y tuvimos que anular la primera cita del viaje. Llegamos al aeropuerto de Heathrow y desde ahí, cogimos el metro hasta la ciudad (no usamos la tarjeta de recarga Oyster sino la de viajes ilimitados en un día), tardando una hora hasta llegar nuestros apartamentos (los cuales si queréis os digo, pero pese a que los recomiendo por limpieza y deco no lo hago para familias porque estaban lejitos y no tenían ascensor)


Pasado el shock inicial de Mr.Chu de haberle cancelado la cita con la cocina londinense de Dabiz Muñóz, nos pusimos a recorrer las calles de Londres. Como ya habíamos estado en otras ocasiones, íbamos sin ningún tipo de necesidad de entrar o ver una u otra cosa, así que con el peque preferimos disfrutar del paseo, parar cuando hiciera falta e ir modulando la ruta según las necesidades. El primer día bajamos en Trafalgar Square directos desde el apartamento para ver la famosa plaza con los leones y el edificio de la National Gallery. Desde ahí, paseamos hasta Picadilly y fuimos directos a las tiendas de M&M´s y Lego para que Martín pudiera andar un rato (mala idea, estaban hasta arriba) Cuando salimos, pusimos rumbo a Chinatown y anduvimos hasta Hamleys (la famosa juguetería) donde Martín pudo disfrutar de otro rato de juegos (lo que nos costó fue sacarle) Una vez que terminamos, pasamos por Carnaby Street para ver la decoración de sus calles y acabamos cenando en Chinatown.


El segundo día prometía diversión, y es que habíamos quedado con Gema, Eriko y Marta, que también pasaban los último días del año en Londres. Primero visitamos Notting Hill, donde aprovechamos para desayunar, y las calles de Portobello. Sin duda este barrio tiene un encanto especial y quisimos aprovechar que era sábado y organizaban su tradicional mercadillo. Tras eso, fuimos a Winter Wonderland, una preciosa feria navideña con atracciones para niños y mayores. Volvimos a Picadilly y comimos en Chinatown de nuevo. Por la tarde nos separamos y nosotros emprendimos nuestro camino hacia Oxford Street, donde hicimos parada en Disney Store (esa tienda es digna de ver, al menos a mí la de Londres me flipa) y Primark. Para terminar, nos dejamos caer por Harrods y, ya rendidos, cenamos en el apartamento. Aquí he de hacer un inciso y es que alguna me preguntó en IG si recomiendo ir a apartamentos. Rotundamente sí. Con niños pequeños es genial poder tener tu pequeña cocinilla para desayunar o cenar si están cansados y no queréis hacerlo fuera.


El tercer día comenzamos visitando Christmas by the river, un pequeño mercadillo al margen del río. Desde ahí cruzamos el London Bridge hacia la Torre de Londres. Paramos en Saint Dunstan in the East, una Iglesia abandonada tras incendiarse que ha sido tomada por la vegetación, y cogimos el metro hasta el London Eye para ver el Parlamento, lo que se intuye que es el Big Ben (está en obras) y la abadía de Westminster. Tras eso nos reencontramos con #MissMarta, paseamos por St. James Park y comimos auténtico Fish&Chips en Victoria. Después, nosotros despedimos el año visitando el Palacio de Buckingham y cenando uno de los restaurantes italianos de Jamie Oliver (que sabéis que en esta casa somos muy fans) He de decir que Nochevieja en Londres es una aventura, cortan muchísimas calles, los autobuses cambian rutas, los metros se cierran... volver a casa nos hizo dar un paseo pero nosotros como buenos españoles, una hora antes que los británicos estábamos en Picadilly, conectados a Ramontxu y Anne en el canal internacional diciéndole "hola" al nuevo año.


El día 1 de enero, antes de volver a casa, vimos gran parte de la cabalgata de Año Nuevo (porque tras hora y media de bandas de música desfilando Martín dijo "basta"). Después comimos en otro pub tradicional y cogimos el tren express hasta Gatwick, de donde salía nuestro avión. ¡Así han sido nuestras pequeñas vacaciones!

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