Una boda foodie y natural

Siempre digo que si me casase de nuevo cambiaría muchas cosas (menos el novio, la peluquería y el vestido). Y es que es cierto que ahora veo nuestra elección algo artificiosa y me decanto por bodas mucho más naturales. Además, la nuestra no fue todo lo foodie que nos hubiera representado (cada vez que pienso que pedimos que pusieran el arroz en cazuelitas de barro y sin embargo lo sirvieron en modo rancho o que se confundieron y en vez de hacer elegir un postre en el córner que reservamos para ellos sirvieron cuatro por invitado y al final no hubo para todos me da un patatús) así que ahora me la imaginaría llena de foodtrucks, como si de un festival gastronómico se tratase. Hoy os traigo una boda que me ha encantado y que se parecería mucho a esa hipotética rebota mía donde prima la naturalidad, la madera, las flores, la fruta... y hasta las mesas sin vestir y sin exceso de protocolo. Además, todo se acompaña de la preciosa papelería que diseñó la propia novia con las acuarelas como eje común. 


Fotografía: Studio Castillero
Diseño floral: Moon Canyon
Vestido: Eavisandbrown

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