A raíz de nuestras vacaciones en Chiclana, alguna me habéis preguntado cómo llevo eso de viajar y seguir fiel a Dietbon, así que hoy os contaré cómo intento apañármelas.
- Ir con la comida a todas partes: A la hora de hacer la maleta, cuento también en el calendario cuántas comidas realizaremos fuera de casa y preparo mi maletita de la comida. En ella meto todo lo necesario: desayunos, meriendas, comidas, cenas y postres. Así no hay excusa para no "portarse bien".
- De cara al verano, meter más ensaladas en la cesta a la hora de realizar mi pedido: Es posible que surja un plan con amigos, o vayas a hacer un picnic y no cuentes con microondas. Por eso, aunque las ensaladas de Dietbon no son de los platos que más me gustan, ahora que se acerca el buen tiempo, intento meter más en la cesta de la compra cuando cada mes repaso mi pedido.
- Planificar los días libres: Con Dietbon tengo un día libre semanal, así que repaso compromisos (que normalmente suelen ser en fin de semana) y divido esas cuatro comidas (desayuno, comida, merienda y cena) entre mis planes.
- Saber escoger: Si vamos a comer fuera tampoco hay que excederse y echar por tierra una semana de dieta. Así que hay que mirar muy bien la carta y, aún permitiéndonos caprichos, elegir con la cabeza. En todos los restaurantes hay opciones saludables: verduras, carnes a la plancha, pescados... Hay que intentar no escuchar al diablillo que en tu cabeza te pide otro tipo de cosas.
Y ahora es cuando os diría los efectos que ha tenido el puente pero... ¡nuestra báscula ha muerto! No creo que sean las pilas porque las cambiamos hace poco así que esta tarde me toca investigar (actualizaré el post cuando la reviva) Solo quiero recordaros que si queréis probar este método
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