Este finde os enseñaba en redes sociales nuestra visita a Burrolandia, una protectora animal sin ánimo de lucro que lucha por evitar la extinción del burro. Esta asociación se mantiene exclusivamente a través de las aportaciones de los fundadores, colaboraciones y participantes a través de donativos, cumpleaños y eventos, apadrinamientos y merchandaising. Una de las acciones que organizan es la jornada de puertas abiertas de cada domingo (de 10.00 a 14.30), que es gratuita (aunque en la entrada podemos dejar un donativo) y permite a los peques disfrutar de los animales.
Pese a que no se permiten alimentos del exterior (lo cual es normal porque si no no habría forma de controlar qué se le da de comer a los animalejos), en Burrolandia cuentan con una zona con mesas donde disfrutar de un aperitivo y bebida que venden allí mismo. También podemos comprar (a 2,5€) un cubito con verduras y pan para que los peques les den de comer a los burros. A Martín esta actividad le encantó. Tanto que cuando se acabó su cubo intentó robar verduras de los de otros niños (lo bueno es que mientras tuvo su cubo tampoco le importó compartir con otros)
Conocer animales sin entornos llenos de barrotes es posible y a mí me encanta ofrecerle alternativas así al peque. Obviamente a corto plazo no conocerá un orangután de esta manera, pero mientras nosotros seguimos planteándonos si visitar o no el zoo o Fauna (me debato entre el cuidado animal y las jaulas hechas para el disfrute de los humanos) encontrar protectoras, centros de recuperación y ayudar con nuestra visita a que sigan adelante me parece una gran opción. ¿Habéis visitado alguna vez las instalaciones de Burrolandia en Tres Cantos?
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