Ayer
tuve la suerte de poder asistir a la Vogue Fashion´s Night Out y a decir verdad
me encantó (tanto que pensaba retirarme a las 22.00 por aquello de madrugar al
dÃa siguiente y acabé quedándome hasta el final). Visité las dos zonas del
evento, Ortega y Gasset y Fuencarral, y comprobé que ambas, a pesar de la
diferencia de estilos, eran un hervidero de gente.
La
zona de Ortega y Gasset suponÃa un canto al lujo y pasearse por sus calles te
hacÃa sumergirte en el Upper East Side de Gossip Girl (aunque algunas
deberÃan aprender que queda más bonita una manoletina que un taconazo si no
sabes usarlos y andas como un cowboy). Mucha ropa cara, zapatos de ensueño,
elegancia. En definitiva, "mucha niña mona pero ninguna sola". Y
sobre todo, mucho ambiente. Nunca habÃa tenido la oportunidad de asistir a la
VFNO y a nivel de organización he de destacar que era un punto que las alfombras
rojas identificasen las tiendas que se sumaban a la iniciativa; ya que para la
gente que llegó a primera hora (como yo) era crucial cuando muchos
establecimientos seguÃan abiertos en horario comercial.
Aunque
es cierto que no pude entrar en todos los sitios (yo tenÃa invitación, pero no
pasaporte) pude disfrutar de regalos, cócteles, muestras, música, tapeo y buen
ambiente allá por donde me moviera. A última hora de la noche todo estaba más
masificado, pero era más alegre que al principio. Además, seamos sinceros, a mÃ
me encanta el momento caza "quiero la coctelera que tiene esa chica,
vayamos a esa tienda", aunque no haya horas suficientes para todo.
En la segunda mitad de mi aventura acudimos a Fuencarral y
sÃ, se notó el cambio de ambiente. Todo era mucho más alternativo, más movido,
como si de un festival se tratase. Las tiendas se entregaron al máximo y las
propuestas de ocio eran geniales. En Twitter he leÃdo crÃticas que decÃan que
la VFNO era más un macrobotellón que un evento de moda. Y aunque coincido con
que posiblemente habÃa más gente que entraba a las tiendas a beber que a
comprar creo que para los que disfrutamos de la moda, ésta estaba en las
tiendas, pero no sobre los maniquÃs, sino en las prendas que muchos y muchas
eligieron llevar esa noche. Claro que los descuentos eran una buena posibilidad
para hacerse con prendas nuevas, pero si en eso se basara la VFNO nada la
distinguirÃa de las rebajas. ¿Qué es la moda sin la gente que la hace posible?
Desde luego, habiendo ido este año, puedo decir que el año
que viene pienso ser fiel a esta cita. De momento puedo seguir recordando lo de anoche a través de la web de
Vogue.
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