Educar en tribu. Los beneficios como padres

Cuando se habla de crecer en tribu, o educar rodeados de personas con nuestra misma visión de la maternidad, casi todo lo que leo habla de los beneficios para nuestros hijos. Pero hoy quiero contaros mi experiencia, porque creo que también tiene numerosos beneficios para nosotros como padres y madres. Educar no es fácil y a veces nos sentimos cuestionados (ya os hablaba de eso en este post) por lo que contar con el apoyo de otras mamis y papis me parece fundamental para que te digan "nena, lo estás haciendo bien". En mi caso tengo dos grupos cercanos de papis con más o menos mi edad con hijos de más o menos la edad de Martín. Uno de ellos está en Madrid y el otro es virtual y en la distancia el 99% del tiempo (aunque estamos todo el día enganchadas y eso hace que la distancia importe poco). 

Principoso, V y Martín. Mayo 2017

Empezamos por la pequeña tribu de Madrid, en el que los peques tienen entre 9 y 14 meses más que Martín. Aunque según crecen las diferencias de edad se van notando menos, en un primer momento fue una buenísima referencia para saber a qué nos podíamos enfrentar a la maternidad (las que dicen "nadie me había contado lo duro que era ser madre" o "me engañaron" necesitan leer blogs de madres reales y rodearse de ellas porque yo veía a mis amigas enfrentarse a la maternidad mientras estaba embarazada) Esto nos hizo anticiparnos no solo en cuanto a necesidades (qué comprar, de qué prescindir) como a posibles problemas que pudieran surgir (cólicos, pieles atópicas, trastornos del sueño...) Además nos vino de perlas para plantear dudas y tener respuestas desde la óptica del que hace nada estaba en nuestra situación.

Luca y Martín. Agosto 2017

Seguimos con mi segunda tribu, la que empezó siendo virtual entre tres mamis de Instagram que vieron que iban a traer pollitos a la vez a este mundo. Tenemos ya tantas horas de WhatsApp que podríamos echar CVs como desarrolladoras. Y es que, si el otro grupo me ha servido para aprender sobre el qué vendrá, éste me ayuda cada día a desahogarme, reírme de los escollos de la maternidad y compartir experiencias de niños en una misma etapa evolutiva. Aunque los tres van muy a la par, es alucinante ver como cada uno desarrolla aptitudes diferentes y representan un buen ejemplo de las inteligencias múltiples. Luca y su inteligencia corporal (este niño sube escaleras con una autonomía impresionante y baila con el ritmo de Beyoncé), Marta y su inteligencia lingüística (aunque también hace puzzles como nadie) o Martín (que ahora mismo no sé si tiene más desarrollada la corporal con su manejo de la bici o la naturalista con su obsesión por los animales y sus sonidos)

Marta y Martín. Mayo 2018

Personalmente podéis ver que me ha venido de lujo rodearme de gente en una situación parecida a la misma: resolver dudas, aprender de la experiencia, notar el apoyo ante mis decisiones... No se trata del "mal de muchos consuelo de todos" o de hablar solo de pañales (porque aunque seamos madres podemos hablar de muchísimas cosas), sino de crear piña con aquellos que abogan por una crianza parecida a la nuestra. Sentir su fuerza, su calor y tener la confianza suficiente para seguir adelante con nuestra labor como padres. Os recomiendo que busquéis vuestra pequeña tribu (no hablo ya de gente con hijos para disfrutar de tiempos y compartir momentos - que conozco y comparto vida mucha más que los que cuento - sino alguien a quien puedas confiar tus preocupaciones del día a día), ya sea entre amigos, entre grupos de crianza organizados o entre los que os acompañarán durante años en el parque del barrio. ¡Merecerá la pena!

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