Uno de los proyectos del verano ha sido instalar el nuevo suelo de la cocina. El que venía de obra no nos gustaba ni por estética ni por comodidad. Era un suelo muy sucio y se notaba cualquier pelito de Nona o marchita de suciedad. Queríamos algo fácil de instalar, que no requiriera obra y económico y nos decidimos por un suelo vinílico de instalación en clic de Leroy Merlín.
Como me habéis preguntado si la instalación era sencilla, he decidido hacer este post para contaros cómo, en un solo día, conseguimos dejar terminada la cocina con un proyecto sencillo. Lo primero que hicimos, aunque no hacía falta, fue forrar el suelo con una base aislante, así con el paso del tiempo, las juntas de unión de nuestros azulejos no se quedarían marcadas en el nuevo suelo.
Poco a poco, fuimos colocando el suelo haciendo clic entre unas piezas y otras con una maza de goma como único apoyo. A la hora de cuadrar en los bordes, bastó un cúter para cortar las láminas a medida.
Para rematar, limamos un poco los perfiles de las puertas para que el suelo cupiera por debajo, pusimos unos pequeños rodapiés en los estrenos que fijamos con silicona y volvimos a fijar el embellecedor de la puerta de entrada a la cocina.
El proceso fue sencillo y nosotros no podemos estar más felices con la elección. Es un suelo con mucha personalidad y muy "sufrido". Le da un toque diferente a la estancia por menos de 200€. ¡Si os estáis pensando lo de instalar algo así os lo recomiendo totalmente!
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