Palomitas: "La boda de mi mejor amiga"


Ayer toco noche de cine. Nos invitaron (by the face) a ver "La boda de mi mejor amiga" (Paul Feig, 2011) y me pasó lo mismo que cuando fui a ver "Fuga de cerebros" (también de gratis), pues no iba a ninguna de las dos películas con la esperanza de que merecieran la pena y con ambas me he reido un montón. Acudí con una idea preconcebida, he de admitirlo. Me espera el pseudo pastel mezcla entre solteronas y amiguísimas y, aunque es cierto que hay momentos lacrimógenos también hay puntos a lo "resacón en las Vegas". Así que sí, si buscamos pasar un buen rato no está nada mal.

¿Y de qué va la película? Pues sencillo. Una se despierta un día más en su asco de vida (ADV, vaya) compartiendo piso con dos hermanos más raros que un perro verde, pasando los días en un trabajo que ni siquiera se te da bien y que tuviste que aceptar tras el cierre de su pastelería y aguantando a una madre cuanto menos curiosa que hace hincapie en lo hundida que estás. Al menos queda la amistad, ¿o no? Las cosas con tu mejor amiga desde la infancia toman un giro cuando ésta te dice que se ha prometido y que quiere que seas su dama de honor.

De esa historia parte el resto de la película. La protagonista tendrá que enfretarse al nuevo nivel de vida de su amiga y descubrir que cada vez sus mundos se separan más. Mientras que para una es todo felicidad, para ella las cosas van de mal en peor a nivel personal y profesional. ¿Puede alguien levantarse cuando se toca fondo? ¿Puede una amistad vencer la adversidad? ¿Es feliz realmente todo el mundo que lo parece? ¿Hay ángeles de la guarda que pueden ayudar a salvarnos? ¿Pueden hacerlo si no ponemos de nuestra parte? Destaco dos papeles a lo largo de toda la cinta: por un lado el de la actriz protagonista Kristen Wiig, que puede hacernos reir o llorar con tan solo sus gestos; y por otro el de Melissa McCarthy, a la que conocía por hacer de la cándida Sookie en Las Chicas Gilmore y que rompe completamente con ese papel dulce para meterse en la piel de una mujer muy poco femenina y bastante ruda.

Recomendable para una tarde entre amig@s en la que nos apetezca más reir que pensar.

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