Planes con peques: Visita a Safari Madrid

Ayer domingo decidimos, improvisando, pasar la mañana en Safari Madrid. Sabéis que no soy amiga de los zoos y ésta me parecía una gran opción para conocer de primera mano animales en un entorno muy parecido al que tendrían viviendo en libertad. Este parque es uno de los pocos del mundo que coopera con el programa de acogida de animales incautados, provenientes del Tráfico Ilegal de Especies; por lo que, lejos de "encarcelar" a algunos especímenes para nuestro disfrute, lo que hacen es darles una vida lo más digna posible cuando por la mano humana ya es imposible devolverles a su hábitat natural. Es por ello que el Safari se compone de varias secciones. Por un lado tenemos los animales en semi-libertad, nuestra parte preferida. Fuimos nosotros los que "nos enjaulamos" y desde nuestro coche recorrimos el parque. A Martín le flipó porque, salvo con monos y cebras, pudimos bajar unos centímetros la ventanilla y darles de comer zanahorias a los animales que íbamos viendo. En el Safari pudimos disfrutar de cebras, jirafas, elefantes, llamas, dromedarios, bisontes, hipopótamos, rinocerontes, tigres, leones, monos...


También visitamos el minizoo, donde nos esperaron tigres de bengala, pumas, lobos, jaguares, linces, puercoespines, primates y algunas rapaces. Era lo que más podía parecerse a un zoo al uso, pero se notaba la preocupación por enseñar los efectos del tráfico de animales y la mano del hombre (desgraciadamente algunos primates de los que allí habitan ni siquiera podían convivir con otros de su misma especie), lo cual me parece una enseñanza importante.


Otro espacio en el que disfrutamos fue el del rincón de los mansos, donde numerosas cabritas (y algún cerdito) nos esperaban para saludarnos y dejarse querer. Martín disfrutó muchísimo acariciando a todos los animales, aunque increpó a alguno cuando le quitaba la zanahoria a aquel al que él quería dársela.


Seguimos por el reptilario y la Gruta de los Cocodrilos, entornos que reproducen las condiciones naturales del hábitat de las diferentes especies y nos muestran numerosos reptiles, anfibios y artrópodos. Además, durante los meses de calor, el parque organiza una exhibición didáctica en la que podemos observar de cerca a algunas especies mientras nos cuentan curiosidades y características. De esta actividad y de la exhibición de vuelo en libertad en el aviario tuvimos que salir porque Martín no estaba muy interesado y no quisimos molestar al resto de visitantes, pero estoy segura de que si tenéis  peques más mayores, les interesará muchísimo porque lo hacen muy ameno.


Además de las opciones de las que nosotros disfrutamos, también es posible realizar otras actividades, como divertirse en su castillo hinchable, la pista de karting, el paseo en pony, sus megatoboganes o incluso su piscina de verano. Nosotros optamos por llevarnos la comida desde casa al más puro estilo picnic, pero el parque dispone de oferta de restauración propia con la que coger fuerzas en sus merenderos. Os dejo un enlace a su web para que podáis consultar horarios, actividades, exhibiciones y precios.

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