En nuestro primer día en Cantabria el destino era Comillas. Ya lo conocíamos y, sin peques, ya habíamos visitado lugares como su antiguo cementerio, el Capricho de Gaudi o el Palacio de Sobrellano, así que esta vez nos lo tomamos con calma.
Primero dimos un paseo por los jardines del Palacio de Sobrellano porque los peques no estaban para tours. El acceso al exterior es gratuito. Al salir, nos quedamos un ratito en la explanada que hay a la salida del mismo, donde también hay un parque infantil.
Después de comer, entramos en el
Capricho de Gaudí, una de las pocas joyas del maestro fuera de Cataluña (visita gratuita para menores de 7 años y 7€ por entrada para los adultos - ojo, que va por turnos y puedes comprar la entrada tanto en taquilla como en Internet). Es una visita muy chula, no solo por la edificación en sí sino porque a los niños les dan un mapa con pruebas y curiosidades que hace que estén atentos todo el recorrido. Aprendimos cómo Gaudí se inspiraba en la naturaleza, descubrimos una cueva, buscamos una escalera de caracol para subir a la torre…
Tras eso, nos montamos en un trenecito turístico para tener una perspectiva general (universidad, cementerio, antiguo faro…). La parada está al lado de la gran explanada del palacio y el parque que os comentaba y el viaje cuesta 2,5€ (menores de 3 años, gratis).
Y terminamos en la propia playa de Comillas. Rebozándonos en la arena y saltando olas 😉
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